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Un comentario

  1. Alicia Sornosa.
    Entrevista a Alicia Sornosa
    La primera mujer española en dar la vuelta al mundo en moto nos cuenta su aventura con Descubierta.

    La aventura de Alicia Sornosa comenzó hace más de un año en Alejandría, donde inició un viaje que la convirtió en la primera mujer española en dar la vuelta al mundo sobre una moto. Primero lo hizo siguiendo al escritor y motero Miquel Silvestre por la Ruta de los Exploradores Olvidados; pero, al llegar a la India, sus ruedas seguirían carreteras distintas y la periodista continuaría en solitario su travesía, con la única compañía de una BMW de 300kg cuyo motor responde al rugido de Descubierta, en honor a una de las fragatas con las que Alejandro Malaespina circunnavegó el planeta.He encontrado mujeres viajando con otros hombres, nunca solas

    Tu mente tiene que medir tanto como un océano

    Alicia Sornosa en la Moyale Highway.

    LDH: ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene viajar en moto?

    Alicia Sornosa: Ventajas todas: hueles, ves y escuchas todo lo que te rodea, pasas frío o calor, humedad o sequedad en los lugares por los que transitas, te mezclas con el ambiente y lo vives en tu piel. Eres accesible a la gente cada vez que paras en un lugar, puedes relacionarte fácilmente. Es más barato que un coche y pasas por lugares más difíciles. Además, los riders caemos bien a la gente, porque saben que sufrimos en la moto. Las desventajas son que si hace mucho calor o mucho frío, te toca aguantar, y que si te caes o tienes un accidente, te puedes hacer mucho daño.

    Alicia Sornosa en la pista del Parque Nacional Aberdales.LDH: ¿Has tenido algún susto por la carretera?

    A.S: Si, pero ya está solucionado… Desde que llegué a USA, cuando el nivel de combustible era bajo, Descubierta comenzaba a dar tirones de corte de inyección. En el país americano me cambiaron el ventilador, pero me siguió ocurriendo en tres ocasiones. En Canadá limpiaron los inyectores, pero siguió sucediendo otras dos veces. Cuando llegué a Monterrey, en México, volvió a pasar, pero por fin me hicieron caso en BMW El Valle, y limpiaron el depósito (¡tenía arena!), cambiaron los filtros y pusieron una nueva bomba de gasolina. Así se ha demostrado que las BMW son duras y funcionan en duras condiciones.

    LDH: Debe ser muy difícil elegir, pero, de entre todos los lugares por los que has pasado, ¿con cuál te quedas?

    Alicia Sornosa en el Golden Gate.

    A.S: ¿Me puedo quedar con varios? Las montañas de Etiopía, el Massai Mara de Kenia, las playas de Australia, los glaciares de Alaska, los bosques de Canadá… Por donde dudo que vuelva a pasar en mi vida es por Las Vegas, es uno de los lugares más tremendos del mundo… Y, por algunas ciudades de la India, ¡ni en helicóptero!

    LDH: ¿Te has encontrado a otras mujeres viajando solas por alguno de estos sitios?

    A.S: No. He encontrado mujeres viajando con otros hombres, nunca solas; aunque sé que hay algunas que lo hacen, como Tiffany Coates, una inglesa con miles de kilómetros a sus espaldas.

    Alicia Sornosa con mujeres masais.

    LDH: Muchos hombres pensaban que no serías capaz de completar tu hazaña porque eres una mujer y, además, menuda de talla, ¿qué te dicen ahora?

    A.S: Unos me dan la enhorabuena; otros, siguen teniendo envidia y les molesta. Pero a esos/as, como no me aportan, no cuentan para mí. Creo que no hay medidas ni peso para esto; en todo caso, tu mente tiene que medir tanto como un océano y tu peso ser el que desees para sentirte bien. Con llegar con las puntitas de los pies al suelo desde la moto, es suficiente.

    Alicia Sornosa en Benur, con el templo al fondo.LDH: ¿Lo has tenido más difícil en algún momento por ser mujer?

    A.S: El único país donde ha sido una pesadilla ha sido Egipto; pero, en general, creo que lo estoy teniendo más fácil. Las mujeres creamos buen ambiente a nuestro alrededor, no somos agresivas y entendemos muchas cosas más allá de la apariencia. Otras mujeres se pueden acercar y se nos abren las puertas de sus casas, para mi está siendo más una ventaja que lo contrario.

    LDH: Dices que hablas muy mal inglés. Idiomáticamente, ¿cómo te las arreglabas?

    A.S: Pues como podía. Intentando aprender a marchas forzadas, hablando como los indios y gesticulando. Nunca he tenido conversaciones profundas, eso sí, pero me acababan entendiendo. Lo que más me ha ayudado es sonreír siempre… Reírme de mí misma.

    LDH: Con esta actitud, habrás conocido a un montón de gente a lo largo de tu travesía…

    A.S: Sí. Me lo pasé muy bien con Nick Koudis, un fotógrafo de origen griego afincado en California; con Álvaro Neil, conocido como el “biciclown”; Topo Pañeda, un español que vive en Nairobi y que llegó hasta el país africano en Vespa; la pareja de Un Millón de Elefantes; los amigos Cristina y Raúl de Enkerende, en Masai Mara… ¡Ah! Y un nuevo amigo, Domingo Ortego, con el que charlaba por Facebook hasta que se materializó en Alaska delante de mis ojos, ¡todo un personaje!

    LDH: Por aquellas latitudes, te tocó compartir cama con los mosquitos en la tundra del Círculo Polar. ¿Cuál es el sitio más curioso donde has dormido?

    Alicia Sornosa en el circulo polar.

    A.S: En África, en la tienda, en un paso de camellos. No sabes el susto que me di por la noche, con el ruido extraño que hacen, al ver sus ojos brillando contra mi linterna, hasta que caí en qué animal era… Y un lugar que tampoco se me olvidará es en un bosque de eucaliptos en Australia, donde se escuchaban a los koalas de madrugada. Hacen un sonido muy raro…

    LDH: Ahora estás en la última etapa de tu viaje, ¿cuál es tu plan por tierras sudamericanas?

    A.S: Pretendo llegar al sur, pero nunca se sabe, tampoco tengo obligación de hacerlo del tirón, por lo que estoy abierta a todo tipo de cambios en mi ruta final. Por el momento, puedo contar que México me ha abierto sus puertas: la comida es deliciosa (¡qué diferencia con la comida en Australia o en USA!), la gente super atenta y la inseguridad… aún no he pasado ningún apuro ni nada que me dé miedo.

    Fotos de Miquel Silvestre y Antonio Mulero.

    alicia sornosa, viaje en moto

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